El patriarcado no está solo: el kyriarcado 101.

Del orignal de Sian Ferguson en Everyday FeminismKyriarchy 101: We’re not just fighting the patriarchy anymore.

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Si estás familiarizada con el feminismo, seguramente conocerás el término patriarcado, el orden social que otorga privilegio a los cuerpos leídos como hombre y oprime a aquellos leídos como mujer. Es un término muy útil para dar nombre a la institucionalización del privilegio masculino.

Sin embargo, el feminismo ha evolucionado, su preocupación ya no es únicamente el privilegio masculino.

Ahora tenemos en cuenta, por suerte y muy acertadamente, los privilegios y opresiones de los que disfrutamos o sufrimos todas las personas.

El feminismo interseccional, término creado en 1989 por Kimberlé Crenshaw, catedrática de la Universidad de California especializada en temas de género y etnia, lucha contra el orden social que otorga privilegio y oprime a la gente en términos de étnica, género, lengua, clase social, orientación sexual, funcionalidad, cultura, etc.

El feminismo interseccional defiende que la opresión puede afectarnos a partir de diferentes formas. Alguien no es víctima de opresión o goza de privilegio de manera excluyente; todas podemos ser opresoras y privilegiadas al mismo tiempo debido a múltiples caras de nuestra identidad.

Por ejemplo, alguien puede gozar de privilegio por el hecho de ser cisgénero, blanca, delgada y a la vez estar oprimida por ser homosexual, funciodiversa y habérsele asignado mujer al nacer.

No hay duda de que necesitamos un término nuevo para describir el complejo orden social que mantiene el statu quo de unas opresiones vinculadas interseccionalmente. Kyriarcado es una palabra excelente para esto; se encuentra más acorde con el feminismo interseccional y reduce los problemas que sí causa la palabra patriarcado.

Kyriarcado 101

El término kyriarcado (kyriarchy) aparece por primera vez en el libro de Elisabeth Schussler Fiorenza, Wisdom Ways: Introducing Feminist Biblical Interpretation (Alcanzando el conocimiento: Introducción a una interpretación feminista de la Biblia), publicado en 2001. En su glosario, el kyriarcado aparece definido como:

«un neologismo derivado de las palabras griegas “señor” o “amo” (kyrios) y “gobernar o controlar” (archein) que busca redefinir la categoría analítica del patriarcado en términos de estructuras múltiples e interseccionales de dominación. El kyriarcado, explicado en mejores términos teoréticos, es un complejo sistema piramidal formado por múltiples estructuras de superioridad jerárquica y subordinación, de dominación y opresión, vinculadas interseccionalmente.»

En otras palabras, el kyriarcado es un sistema social que mantiene el statu quo de unas opresiones vinculadas interseccionalmente.

En el glosario del mismo libro, la autora remarca que «la idoneidad teorética del patriarcado zozobra porque, por poner un ejemplo, los hombres negros no ejercen dominación sobre hombres y mujeres blancas».

No puede tener más razón.

Si seguimos el hilo del ejemplo anterior, pongámonos en la siguiente situación: imaginémonos a dos personas, una es una mujer blanca, cisgénero, heterosexual y normativamente funcional. La teoría del patriarcado nos diría que la mujer es la  oprimida mientras que el hombre es el privilegiado.

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No hay duda:  la mujer se encontrará oprimida por el hecho de ser mujer y que el hombre ostentará ciertas formas del privilegio masculino. Sin embargo, no es así de sencillo.

En esta situación, el hombre carecería de poder o privilegio económico, social y político sobre la mujer. Si asumimos que el hombre ejerce dominación y que la mujer sufre opresión sin tener en cuenta ningún otro factor estaremos eliminando el resto de facetas de su identidad.

No quiero decir con esto que el privilegio masculino no se aplique en absoluto en determinados contextos, lo que quiero decir es que la ostentación del privilegio masculino es dinámica y depende de otras identidades.

Utilidades del kyriarcado en el feminismo interseccional

La opresión no solo es discriminación, también es sufrir represión institucional y sistemática.

Por ejemplo, la opresión basada en términos de género no solo se limita a alguien que hace un chiste sobre que las mujeres no deberían salir de la cocina, es que a las mujeres se les haya negado el mismo acceso durante siglos a la educación, al mercado laboral, a un salario ecuánime, a servicios de salud reproductiva y a igualdad ante la ley.

También lo es es la violencia de género que sistemáticamente sufren las mujeres.

También lo son las instituciones como los medios de comunicación, los sistemas educativos, la política, la legislación y los grupos publicitarios, que conciben a las mujeres como seres débiles, excesivamente emocionales, carentes de libido, irracionales y superficiales.

Tambien lo es el reforzamiento de los estereotipos de todos los sexos que fomentan estas instituciones.

También lo es extender entre la gente el mensaje social de que un género es superior mientras que los demás se encuentran por debajo. Es la represión social, política y económica de las mujeres.

La opresión no se limita a incidentes aislados, es un cúmulo de incidentes, costumbres, culturas y tradiciones que refuerzan la dominación de un grupo sobre otro.

Los movimientos de liberación que se precien consideraran la opresión como sistemática. Estos movimientos tienen en cuenta que la opresión solo puede erradicarse mediante un cambio radical y holístico.

Por todo esto, necesitamos denominar la institucionalización de las opresiones; algo que las feministas tradicionalmente han denominado patriarcado.

El feminismo institucional se ha preocupado por lo general y únicamente por la desigualdad de género; sin embargo, el feminismo interseccional tiene como objetivo luchar contra todas las formas de desigualdad. El término kyriarcado tiene ahora más sentido al adecuarse en mayor medida al feminismo interseccional.

  1. Reconoce que la opresión en términos de género no es la única opresión que existe.

Nunca alcanzaremos la igualdad si solo nos ceñimos al sexismo. El sexismo no es el principio y el fin de la desigualdad, así que ¿por qué considerar que el sistema únicamente sostiene la desigualdad de género?

En oposición al término patriarcado, que solo abarca el sexismo institucionalizado, el kyriarcado abarca todas las formas de desigualdad.

Para alcanzar una igualdad plena y certera, tenemos que enfrentarnos a la opresión sistemática de todos los grupos sociales.

  1. Reconoce que una persona puede a la vez beneficiarse y estar oprimida por el sistema.

Sufro opresión por el hecho de habérseme asignado mujer al nacer; sin embargo, ostento privilegio por el hecho de ser blanca. Sufro opresión y ostento privilegio a la vez, y puedo enfrentarme a la opresión que se me aplica mientras perpetúo la ajena. El concepto de kyriarcado nos dice que podemos a la vez ostentar privilegio y sufrir opresión. También nos recuerda que, al existir diferentes tipos de opresión, podemos luchar contra una forma de la misma mientras perpetuamos otra.

Es este un hecho que particularmente ha tenido lugar en los movimientos mayoritarios a favor de los derechos de los homosexuales. Estos movimientos han excluido sistemáticamente a personas trans*, intersexuales y polisexuales. La lucha por los derechos de los homosexuales en Sudáfrica tiene un historial de exclusión sistemática de personas no blancas y de personas de clases bajas. También le ocurre al feminismo institucional: ha dejado fuera tradicionalmente a las personas trans* y a las mujeres no blancas.

En ambos casos, la lucha de ambos movimientos se ha concentrado en la opresión de un grupo de gente mientras que a los demás les ha dejado que se los coman los leones, por decirlo mal y pronto. He aquí la demostración de que un movimiento puede a la vez luchar contra una opresión y al mismo tiempo, ejercerla.

Un grupo de personas puede estar luchando contra una forma de opresión mientras hace uso de sus privilegios para oprimir a otras. Podemos ser víctimas y agresoras al mismo tiempo.

La interseccionalidad nos recuerda lo limitado de luchar solo contra una forma de opresión.

Debemos ser lo más inclusivas posibles si de verdad queremos hacer frente a la desigualdad. Repito de nuevo; por estas razones no basta con que nos enfrentemos a una forma de opresión sistemática, el patriarcado, sino a todas las formas de opresión, el kyriarcado.

  1. Podría explicar por qué muchas oprimidas son cómplices de su propia opresión.

Nadie es exclusivamente agresor o víctima en el kyriarcado.

Como he explicado antes, la mayoría de la gente ocupa las dos categorías; la mayoría de grupos sociales se caracterizan por contener en su seno a miembros con poder sobre otros grupos sociales.

Hay gente que no desea enfrentarse a las estructuras sociales que las oprimen, principalmente porque saben que enfrentarse a esas estructuras les obligará a cuestionarse y a perder el poder sobre otros grupos. En palabras de Lisa Factora-Borchers:

Cuando nos ponemos a analizar el kyriarcado, descubrimos que hay vida más allá de los hombres ricos, de clase alta, blancos y cristianos, que, personalmente. a mí no me parecen los más peligrosos. Hay un mogollón de gente en los escalones inferiores de la pirámide con mayor interés en perpetuar su lugar en el sistema que en ponerlo todo patas arriba.

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Esta gente de la que habla la autora, es aquella gente de clase media-baja saturada de trabajo que se opone a la renta básica para las personas sin recursos. Esta gente también son las mujeres cishetero que huyen del feminismo considerándolo un movimiento solo para lesbianas y trans.

No sé si será por avaricia o por pura supervivencia, pero la gente tendemos a adherirnos al mismo sistema que nos escupe día a día.

  1. Coloca en el mapa a las personas no binarias.

El concepto de patriarcado siempre se ha caracterizado por una concepción binarista del género. Viene a decir que o se es hombre, privilegiado, o mujer, oprimida.

Sí, sistemáticamente, los hombres ostentan privilegio frente a las mujeres; sin embargo, ¿qué pasa con la gente que no se identifica como ninguno de los dos géneros binarios (genderqueer)? El concepto de patriarcado no tiene en cuenta que las mujeres cisgénero ostentan privilegio frente a la gente no binaria.

El kyriarcado, por otro lado, sí tiene en cuenta a todas esas personas que conforman el amplio abanico de género, así como el privilegio cis.

  1. Reconoce la interseccionalidad de las opresiones.

El término patriarcado aun puede sernos de utilidad cuando hablamos de relaciones de género. También puede serlo si hablamos de una determinada cultura: por ejemplo, puedo decir que la cultura de las personas blancas y de clase media de Ciudad del Cabo es patriarcal, ya que el control de los hombres frente a las mujeres está profundamente arraigado.

No obstante, visibilizar las relaciones de género sin tener en cuenta otras formas de opresión institucionalizada es muy simplista. Quedarnos solo en el análisis de género elimina y deja coja la realidad del asunto que nos concierne.

Usar el término kyriarcado mejora esto último, ya que nos abre los ojos ante otro tipo de opresiones.

Volvamos al ejemplo de la cultura de las personas blancas y de clase media de Ciudad del Cabo: no tendría ningún sentido ignorar el hecho de que se trata de una cultura elitista, étnicamente excluyente, heterosexista y cisexista. Si las ignoráramos, estaríamos dejando fuera las realidades sociales de gente no blanca, homosexual, trans* y pobre.

He de añadir que la realidad social de una persona no se limita a pertenecer a un género o a una etnia, nuestras realidades dependen de todas nuestras identidades, no de una por cada momento. Yo no puedo separar mi realidad de opresión por ser mujer de mi realidad de opresión por ser lesbiana, lo que he sido toda mi vida.

El kyriarcado nos facilita redes para debatir todas las opresiones en un contexto común.

***

Aunque la palabra patriarcado aun nos puede ser útil en muchos aspectos, el concepto kyriarcado está en mayor consonancia con el feminismo interseccional.

¿Reemplazaríais la palabra patriarcado por kyriarcado en vuestros círculos feministas? ¿Por qué? ¿Por qué no? Dejad vuestra opinión.

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10 comentarios en “El patriarcado no está solo: el kyriarcado 101.

  1. Yo me apunto a lo del kyriarcado… técnicamente, el patriarcado ha desaparecido, sólo quedan ciertas reminiscencias que desaparecerán seguramente en el presente siglo. La lástima es que es un tema demasiado técnico… nadie tiene ni idea de lo que es el kyriarcado a menos que se lo expliques con cuidado, pero todos sabemos lo que es el patriarcado, así me parece un tema que se quedará en desuso.
    Y me despierta la curiosidad el artículo por la certeza de la apreciación de la señora lesbiana…
    No sé cómo va el tema en estados unidos, pero es una realidad que a ojos de la sociedad, la fuente de problemas sociales no tiene tanto que ver con el patriarcado… es un problema mayor ser lesbiana o gay, pero nunca es lo mismo una pareja de blancas lesbianas que de negras lesbianas… es extraño pero cierto… y también lo es que una mujer blanca hetero ostenta privilegio sobre una blanca lesbiana (cada vez menos…) y una blanca lesbiana ostena privilegio sobre una lesbiana negra o chicana… tan curiososo y tan cierto… además si la mujer lesbiana blanca es de clase alta, tiene mayores privilegios todavía que la lesbiana negra o chicana de clase baja…
    y todo esto sin salirnos del ambiente femenino…

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  2. Pingback: redefinint les teories o del pas del “patriarcat” al “kyriarcat” | _______

  3. Pero no seria lo mismo?
    Osea se le agrega el hechon de que las muejes tienen una ventaja por ser mujer (me parece exelente reconocer eso), pero nunca habla sobre tratar el tema de esas desigualdades para el hombre…
    Va es lo que entendi.

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  4. Sos tan ridícula que sostenés el kyriarcado y el patriarcado a la vez. Seguís insistiendo con que existe el patriarcado, ¡como si los hombres en esta sociedad fueran todos poderosos, 4.000 millones de empresarios y gobernadores opresores uau.
    Todas las personas son víctimas de sesgos sexistas de formas diferentes, como asumís en parte arriba. Seas hombre blanco, lesbiana, parapléjico y/o pobre. Por ejemplo los hombres hoy sufren la discriminación de ser leídos como máquinas opresoras autómatas de un supuesto sistema social que los privilegia a todos ellos por encima de todas las mujeres (¿no es una perspectiva altamente sexista y nefasta considerar que el 50% de la población es enemiga de la libertad?) y defendés la discriminación positiva encima, defendes la discriminación. La mujer tiene privilegios como madre, tiene más lugares en universidades, en becas científicas, más credibilidad en casos de violencia, así como está mejor vista que el hombre hoy en día (lease el estudio ‘las mujeres son maravillosas’) los hombres son el 90% de victimas de homicidios en capital federal, argentina, y sufren excesivas presiones sociales (6 veces más suicidios que las mujeres) por un rol del que por supuesto también son víctimas. En, tu neurosis hace de tu postura ética algo verdaderamente reprobable

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  5. Me borraste el comentario. Si considerabas errados mis argumentos (a pesar de que fundamenté cada uno de ellos) podrías haberme contestado para refutarme. Pero elegís oprimirme. No hay dudas de que tu enemigo y vos se comportan por igual

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  6. Pingback: Libre y ¿loca? | Zetterstrom

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